Como el niño que era, creí lo peor.
Sin pensarlo mire delante del día,
y con rabia caí en el perdón.
Pasando el tiempo no importo la abstinencia,
sin mas problemas opte su corazón.
Hoy recuerdo tanto los días de escuela
y la tarde entera imaginando a dios.
La mitología pareció tontera,
cuando mire de otra forma la vida.
recordé nuevamente a ramera
y la codiciada espina en la herida.
tus piernas y tu herida, me están matando día a día,
por querer tenerlas en el faro, que mueve la sangre vivida.
ay tus piernas mujer, guardarme un poco de ti.
se que odiaras que emprenda este viaje,
y no usar equipaje que me lleve a ti.